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Una cuarta parte de las solicitudes de asilo rechazadas en primera instancia por oficiales de inmigración en Estados Unidos terminan revocadas por los jueces, que dan crédito a los temores expresados por los migrantes a sufrir persecución o tortura si son deportados a sus países de origen.
Este dato es el más llamativo de los que se desprenden del nuevo análisis realizado por el centro independiente Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), de la Universidad de Syracuse en el estado de Nueva York.
Cuando el migrante no recibe una decisión favorable de un oficial de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los EE. UU. (USCIS), tiene derecho a ser escuchado por un juez. De acuerdo con las cifras de TRAC, los jueces de cortes de inmigración han escuchado más de 100.000 de estos casos en los últimos 25 años.
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